viernes, 19 de noviembre de 2010

Nunca dejes de caer

Llegas a casa, cansado, destruido
y directo a la ducha, como si no existeria el hambre,
ni el sueño. Directa a la ducha.
Allí empieza, todo empieza ahí.
Te desnudas, de todo, y te metes,
con el agua ardiendo y contigo a solas.
Esa sensación, cuando el agua empieza a caer,
cae, como gotas al principio, y luego simplemente cae.
Aquí es donde voy, donde yo estoy y tú también aunque no lo sepas.
Déjalas caer y míralas. Qué espectáculo. Hasta me dan ganas de llorar.
Mientras que caen son, están llenas de vida, es maravilloso.
Deberían estar siempre cayendo, no dejar de caer nunca.
Y así poder ser, desnudas, como gotas de agua.
Y si caes en la cuenta, no dejes nunca de caer.

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