El tiempo pasa y tú te enganchas,
como puedes, deprisa, corriendo,
esquivando, huyendo y haciendo trampas.
Es tu deber, no dejarlo pasar,
acompañarlo siempre, estar a su lado.
Nos metamorfoseamos con el tiempo,
de gusanos a mariposas, en su preciso orden.
Si no lo hacemos sólo queda un mal final,
un final desfasado, a destiempo.
De mariposas a gusanos.
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