Siempre me gustaron los suburbios amorosos,
pensé que sólo ahí encontraría amor del de verdad.
El amor verdadero, sucio, hiriente,
enloquecedor, rastrero y puro.
Ese que no sale en las películas,
ese que se esconde tras de ti,
y te mata desde dentro.
A escondidas, sigiloso.
Con las pupilas bien dilatadas,
al acecho del placer.
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