jueves, 1 de noviembre de 2012

Necesitaba un rato sobria

La chica que te digo estaba ya cansada,
de tanto compromiso,de tanta verdad.
Emborrachada de la realidad
necesitaba un rato sobria.
Un rato sin rendir cuentas,
un rato sin mirarse, sin atender las buenas maneras.
Que lo hagan otros, ella ya no podía.
Toda una vida siendo atenta, siendo fiel, siendo leal,
aquella chica ya se sentía realmente cansada.
Ese ruido le molestaba,
se había convertido en un compañero pesado,
y ahora necesitaba que no la quisieran tanto,
que no la esperaran, que no la amaran.
Que la acompañaran de vez en cuando,
que la utilizaran para no estar solos
y que no la quisieran nada.
Y mientras iba caminando se sentía otra vez libre,
sola, tranquila y en paz.





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