martes, 11 de diciembre de 2012

Dejémoslo estar

Si hoy me propones un pulso
te advierto que puedes salir perdiendo.
Si me buscas donde sabes que estoy
es bastante probable que me encuentres.
Si te acercas con intenciones,
sean cuales fueren,
seguramente te equivoques.
Ahórrate el viaje,
ahórrate el disgusto,
el desplante.
Ya no tengo por qués,
cuándos, ni dóndes
que puedas resolver.
Toda, absolutamente toda nuestra historia,
terminó hace ya unas largas horas.
Tampoco yo tengo nada que aportarte.
Así que dejémoslo estar,
dejemos que el recuerdo
se vaya apagando, tranquilo y solo.

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