Sólo pensarme mañana en esa ciudad
no deja que descanse esta noche.
Los 30 grados ya son compañeros amables.
La maleta está lista.
Y yo con ganas de tren.
Quiero sudar con gusto,
que me duelan las piernas de recorrer sus calles,
y estar con ella.
Mi difícil y tierna compañera.
La que me saca y recoge siempre.
Cálida como agosto,
fría como una tarde de navidad,
violenta como Madrid
y entrañable como esas casitas a la orilla del mar.
Buenas noches.
Tú vienes y yo te espero. Mi jodida compañera, la que me habla claro y me para los pies, ríe mis gracias de la forma mas estridente y comparte mis penas en silencio. Como siempre ha sido una compañía casi idílica, nos entendemos a pesar de todo. Ya te he dejado en la estación de tren y de manera muy tierna me has escrito diciendo que habías puesto algo en tu blog. Sabes, Sana, que con estas cosas me ganas. No te echo de menos, pues sé que no vas a dejar que eso ocurra, antes de irte nunca falta la pregunta ¿Cuándo te veo?
ResponderEliminarQue poético...ahí va la mía: (ejem, ejem...)
ResponderEliminar"si fueras un barco pirata te comía el tesoro que tienes entre las patas".
Verso alejandrino con rima asonante, directo y conciso.