miércoles, 5 de febrero de 2014

Tuya

Es cuando veo la vejez despedirse,
aquel perro muerto de soledad
y ese niño balbuceando palabras de amor.
Cuando quisiera salir corriendo a tus brazos,
esconderme debajo
y llorar bien bajito.
Es cuando veo el miedo avisante,
amenazando a una sola parada.
Cuando la noche pasa 
sin pedir siquiera permiso.
Tan maleducada.
Cuando echo de menos
poder por fin caerme rendida.
Desvanecida en tus manos.
Saltaría de golpe bajo tus sábanas,
me taparía del todo
y pegaría mi espalda desnuda contra la tuya.
Quieta.
Inmóvil.
Tuya.
Mía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario