domingo, 25 de mayo de 2014

Enlazar

Me gustó su pelo y me compré su abrigo.
Fue prácticamente inevitable.
Enlazar.
Él me pregunta en qué pienso
cuando mis ojos se mueven sin buscar un punto.
Casi nunca me atrevo a contestar.
Casi nunca hay algo coherente que contar.
Se rió tanto que cambié todas las cortinas.
Quizá me asusté.
Quizá me aterré.
Yo no supe hacerle rimas,
lo mejor fue dejarlo.
Aquéllo era imposible
Estaba claro.

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