martes, 22 de julio de 2014

Está feo

Está feo maldecir a alguien que te hirió.
Está feo escupir la comida que detestas,
ni que decir de eructar en público.
Está feo decir a un mendigo que deje de molestar.
Está feo no hablar de usted,
también hablar de usted.
Está feo ser descortés con alguien que finge ser cortés contigo.
Está feo gritar aunque te estén tocando todos los límites genitales.
Está feo decir "coño".
Está feo decir " hostias".
Está feo eso de cagarse en alguien.
Cierto es que a los muertos hay que dejarlos tranquilos.
Está todo tan feo que sonreír y callar suena lo más adecuado.
Pero, bueno,
yo no quiero ofender,
pero hoy si me cago en todos vosotros.
Hostiaputacoñoya,
Si este trozo es mio,
¿Cómo no voy a poder ser descuidada,
arrogante, prepotente e insultante?
Me cago en el calor,
me cago en el código civil y hasta en el penal.
Me cago en los que no se cagan en nada.
Me cago en la puta educación.
Me cago en las formas de niña bien.
Me cago en Julio.
Me cago en los que ya no me quieren.
Me cago en su pelo, en su barba y en sus ojos.
Me cago en el azar.
Me cago en el paso de peatones de la gran vía.
Me cago en mi puta vida.
Me cago en lo cagable y en lo no cagable también.
Transpire o no.

sábado, 12 de julio de 2014

A veces quiero ser lo feliz que aparento ser

Yo también quiero ser lo feliz
que la gente aparenta ser.
Las redes sociales
se han convertido en una perfecta exhibición
de lo guapos, felices, generosos
y eternamente estúpidos que somos.
No hablo de algo que no me afecte.
Soy plena partícipe de este agravio al saber y conocer.
Pero es estar en una reunión de amigos,
con dos cervezas de paisaje,
mucho vacío entre medio
y un móvil con cámara
y ya está.
Ya estamos liados.
Todos posando, morritos fuera,
ojos cucados y un buen título que plasme
lo que nos queremos, lo contentos que estamos.
Lo que mola nuestra vida.
Yo a veces quiero ser lo feliz
que aparento ser.

Lo absurdo

Si hay algo a lo que verdaderamente temo
es a lo absurdo.
Contando con que llevo tatuado el miedo,
podría no parecer significativo.
Pero sí,
se intuir cuándo hay que pararse
a pensar en algo.
Un gran hombre me lo enseñó.
Lo absurdo.
¿Cómo podemos hablar de algo
que no tiene sentido?
¿Cómo se puede hacer frente
a lo que no tiene motivo de ser?
¿Cómo predecirlo?
¿Cómo evitarlo?
No hay normas.
Sin reglas hay guerra
pero nunca vencedores.