miércoles, 22 de mayo de 2013

Pequeña nena enamorada

A ciertas horas de la noche,
ya a oscuras en esta habitación
parece que sólo quedamos nosotros.
Yo y mi querido ego herido,
al que poca atención le presto
desde hace ya unos cuantos días.
Tanto amor bandido,
tanta declaración de intenciones,
tantos ruegos.
Tanta sangre regalada,
que ya se me está poniendo quejoso.
Y esque da un gustito ver cómo se mueren por uno,
cómo se rajan por dentro,
cómo les desgarra un ladeo
que hoy no le voy a quitar ese placer a mi pequeño.
De hecho esta vez voy a morirme un ratito por ello.
Un rato corto pero mio.
Un rato para la nena de flequillo cansado,
para esos ojos ligeramente caídos,
para esa boca entreabierta.
Nena gruñona, valiente,
amante y vulnerable.
Enamorada de lo que fue,
de lo que vivió, de lo que espera que llegue.
Asustada de los adioses,
enganchada a los perdones rotos
y miedosa.
Miedosa de las miradas.
Pequeña nena enamorada,
no te sientas nunca sola
nunca te dejaré.
Nacimos juntas y prometo cuidarte.
Como si fueras mi aire,
como si fueras mi tierra,
Mi luz.
Mi pequeña nena enamorada
no tengas miedo a nada,
si puedes y te fijas bien
verás cómo muero cada día por ti.

Familias

Seis largos años
nos han dado para mucho.
Para querer, para odiar,
para cansar, para detestar.
Pero el fondo,
el poso que me dejáis
no puedo evitar que sea con amor.
Con el cariño que os tengo,
con lo mucho que os quiero,
con la familia que fuisteis para mi.
Él, con su violento sarcasmo,
sus sopas calientes,
sus cenas tensas.
Hombre serio,
cuidadoso en no caer.
No puedo evitar quereros.
La mujer pequeña,
la niña que lleva dentro.
Sus caprichos,
su dulce mirada.
Y Ella,
siempre con sus flores y su jardín.
Las manos trabajadas,
mirada profunda
y un cuerpo de escándalo.
No puedo evitar acordarme
de aquél bebe
que ya casi parecerá un hombre
y en las ganas que me dan de volver a apretarlo.
Porque ya sabemos todos
que seis años dan para mucho.
Mucho es lo que os recuerdo,
es lo que os deseo.
Lo que ya hace que no os veo.

A coco

Otra vez vuelvo a oler como siempre,
como aquél día que me hice adicta al coco.
Y puedo confesarte
que me siento de nuevo tan conmigo
que hasta se me escapa sonreír un poco.
Parece hacerme invencible.
Tan pequeña, tan bonita.
Tan dulce.
No creo que vuelva a dejarlo,
ni siquiera creo
que vaya a ponerme a tiro bajo el agua.
En un tiempo.
Recuerdo que mi padre decía
una y otra lo que detestaba ese olor
y a mi me seguía pareciendo tan tierno.
Un toque de caramelo,
un rastro azucarado,
como si viniera de una fiesta de cumpleaños
de nenes chicos.
Y hoy vuelvo a ello,
a dejar que me huelan.
Con cariño, con empalago,
con desagrado.
Pero sigo tan encantada de conocerlo
que ya no podría dejar que se esfume solo.
Volvemos a ser,
volvemos a oler juntos.



martes, 21 de mayo de 2013

Hoy no pienso decirte lo que te quiero

Hoy no,
no pienso escribir sobre ti.
No es que no me apetezca,
es más bien que me resisto.
Prefiero balancearme sobre mi misma,
rodar en este suelo,
sin ir a ningún sitio.
Y así poder decir
que ya no te quiero,
que ya se pasó todo ese juego.
Porque hoy no,
no voy a hablar más de amor.
De lo que lo envuelve,
lo que lo atrapa.
De lo muchísimo que quiero verte.
No pienso hablar de ello,
ni siquiera voy a mencionarlo.
Y no creas que me hago la dura,
que me hago la fuerte.
Tan lejitos ahora de ti
casi no me quedan ni fuerzas.
Sólo queda callar,
silenciarte en mi almohada,
cerrar esos ojos
y señalar con mi dedo tu boca.
Pero hoy no,
no pienso decirte lo que te quiero.

jueves, 16 de mayo de 2013

Mi rubio y chico frío

Esos ojos azules
hablan más de lo que piensan.
Esa boca perfecta calla
incluso lo que sabe.
Y mirarte asombrada,
encantada de tenerte enfrente,
sin poder camuflar ni un poco
lo que me ha calado este descubrimiento.
El alivio porque te vas
no es más que mi estúpido miedo
otra vez infiltrado entre nosotros.
Chico frío,
mi rubio y chico frío,
creo que ya soy un poco adicta
a tus besos.
Pero voy a dejar de disimular,
ya ni un poquito,
lo que me encantas,
lo que me atraes,
lo que me gusta escucharte.
Que te rías de mi flequillo,
que te metas con mi perro,
que me beses para avergonzarme,
que me pongas tímida
y que me acompañes.
Mi rubio y chico frío
veo que voy a echarte de menos.




sábado, 11 de mayo de 2013

Maldita manía

A estas alturas ya
he de reconocer que la vida 
está siendo muy agradecida conmigo.
Aún no he sentido en mi piel
el desgarro de una pérdida, 
de un adiós, para siempre.
A estas alturas ya,
puedo estar feliz de sentarme 
junto a Canetti 
y verlo desperezarse 
ya con su pelo un poco más triste,
menos joven.
A estas alturas todavía
puedo verme rodeada 
de gente que adoro,
que necesito.
Que quiero.
Pero es a estas alturas
cuando más se clava la amenaza
de que todo esto cambie.
El tiempo sigue pasando
y la gente no parece querer
deshacerse de esa jodida manía de envejecer.
Maldita manía.
Maldita manía de despedirse.
De ir.
De abandonar aquí pegaditos.






domingo, 5 de mayo de 2013

Lo maravilloso de viajar contigo

Hay algo en mi que te quiere,
que te aprecia, que te adora.
Hoy no hablo de sangre,
de pasión, de juego, de ira.
Hoy me refiero a que hay algo de ti
que entiendo, que comparto,
que hago mio.
Hablo de compañía,
hablo de lo entrañable,
hablo de lo que recojo.
Una canción, un viaje,
un concierto, un paseo.
Un buen café.
No tenemos por qué renunciar a eso,
no tenemos por qué matar algo que va de suyo.
No tenemos por qué buscar un fin a todo esto.
Disfrutar.
De ti.
De mi.
De mi contigo
y de ti conmigo.
Porque lo maravilloso de viajar contigo
es no ir a ningún sitio.