jueves, 20 de diciembre de 2012

Mientras no me enamore

Mientras no me enamore
y sólo me encante,
la partida podrá seguir su curso.
Mientras todo este remolino de mentiras
no se detenga y me tope de golpe con la verdad
continuaremos revoloteando juntos.
Mientras no me enamore,
mientras no te quiera para mí,
mientras no me invada tu veneno,
esta broma eterna seguirá riéndose de nosotros.
Riéndose de mi.
Y lo veo,
no me creas una pobre ilusa,
soy consciente de quién eres,
de qué quieres, de qué buscas.
Aunque ahora mismo me de igual
o simplemente me compense el riesgo.
Hoy ya soy capaz de todo por tenerte una noche,
de hacerme tiras la piel,
de dártelas y huir contigo.
Mientras no me enamore.

domingo, 16 de diciembre de 2012

Tiene su encanto

Verte cómo las miras,
sentir cómo las tocas
oír cómo les dices.
Tiene su encanto.
Sonreír viéndolas caer en tu trampa,
disfrutar cuando noto que ganas,
cuando te las ganas.
Tiene su encanto.
Es curioso que me divierta
verte actuar, verte mentir,
seducir.
Como tu cómplice
silencio mientras emborrachas tu ego.
Y todo este juego
que me arropa y envuelve,
este juego que confunde papeles
no me angustia, no me asfixia,
no me atormenta.
Al fin y al cabo
tiene su encanto.

martes, 11 de diciembre de 2012

Dejémoslo estar

Si hoy me propones un pulso
te advierto que puedes salir perdiendo.
Si me buscas donde sabes que estoy
es bastante probable que me encuentres.
Si te acercas con intenciones,
sean cuales fueren,
seguramente te equivoques.
Ahórrate el viaje,
ahórrate el disgusto,
el desplante.
Ya no tengo por qués,
cuándos, ni dóndes
que puedas resolver.
Toda, absolutamente toda nuestra historia,
terminó hace ya unas largas horas.
Tampoco yo tengo nada que aportarte.
Así que dejémoslo estar,
dejemos que el recuerdo
se vaya apagando, tranquilo y solo.

lunes, 10 de diciembre de 2012

Cientas

Tú lo intuyes, lo notas,
lo hueles.
Que no soy una más,
que a mi no me engañas,
que yo no te espero.
A ti te provoca, te encuentra,
te tienta sentir que no sabes
cuándo es cierto y cuándo no,
cuándo puedes y cuándo quieres,
cuándo quieres y es a mi.
Conmigo no te permites mentir,
conmigo tus mentiras se convierten en verdad.
Y notas bien que no soy una más
porque soy la única que sabe
que hay cientas.
Cientas que te huelen,
que te escuchan,
que te tienen ganas
y lo mejor de todo,
cientas que te creen.

martes, 4 de diciembre de 2012

A todo menos a amarnos

Con lo alto, lo grande, lo guapo
que eres.
Con lo rubio, lo serio, lo interesante
que pareces.
Esas caritas que pones,
ese gesto de niño cuando me besas,
cuando me tocas.
Hace que me descoloque tanto.
Me gusta tanto como me extraña,
como me irrita.
Dices maldades,
pero se sienten como terciopelo,
tan suaves que acarician,
que se burlan de ti.
Quiero creerme lo que piensas,
lo que afirmas,
pero se me hace tan dulce
que necesito un buen chorro de vinagre.
Vinagre que me traiga de nuevo a esta cama
a la que hemos venido a todo
menos a amarnos.





Más que nunca ganar

He perdido tantas partidas
que ahora sólo me queda ganarlo todo en una.
Apuesto el resto
sin apenas mirar los ojos de ellos.
El sudor ya cae por la nuca
y empieza a hacerme cosquillas.
Pero cuando me voy a dar cuenta,
cuando veo que juego con jugadores
es demasiado tarde.
El resto está en la mesa
y la rigidez se apodera de mi cuerpo.
Soy capaz de pasar por encima de mi propio cadáver,
soy capaz de quedarme allí,
de no salir de esta.
Pero hoy, sólo hoy,
sólo por esta vez,
lo necesito más que nunca,
más que nunca ganar.

lunes, 3 de diciembre de 2012

La noche que lo decida

Dices que puedes quemar
y yo soy fácil de prender.
Insistes que puedes doler
y te aseguro que se bien donde.
Si es cierto que quieres apartarme de ti
empieza por dejar de amenazarme,
eso sólo me motiva, me llama, me hipnotiza.
Más que alejarme,
mucho más que repelerme
hace que esté jodidamente convencida
de que esa noche,
la noche que yo lo decida
y tú no puedas decir no,
me quemarás, me arderás
y me dolerás tanto que querrás repetir.


jueves, 15 de noviembre de 2012

Debajo de ese bigote

Debajo de ese bigote
intuyo que hay algo más.
Tu cara aparentemente seria
desprende un perfume dulce.
Ese gesto tan tuyo,
inquietante, directo
resulta tan conmovedor.
Debajo de ese bigote,
de esa densa capa
que oculta un poco de ti,
se intuye un ferviente anhelo.
Y si logras alejarte un poco,
mirar desde una perspectiva ladeada
por fin cazarás la esencia, su esencia.
Porque ese bigote no consigue engañar,
ese bigote se delata en silencio
y hace que le amemos más. 

lunes, 12 de noviembre de 2012

Un halo de gas

He salido de ti hasta la cresta,
como un toro desbocado
directa a los ruedos.
De esos toros maleados,
ya toreados.
Me dirijo en recta al bulto.
Ahora miro más de lo que se puede ver,
no me corta que se note,
me inspira no disimular.
Un halo de gas
rodea mi cuerpo
y no temo que lo huelan a millas.
No apartaré los ojos,
no dejaré que me intimiden,
ese es el arma que me ha quedado,
el arma que tú me has dejado.



El sabor de las horas

A las horas todo sabe distinto,
tu aliento no se identifica bien,
como si hubieras tragado algo crudo.
Cuando pasan las horas
el recuerdo del ayer
parece llevar colorante,
se nota más intenso, más desgarrador.
Por eso deja que hoy
lo viva como si fuera otro día,
que lo absorba como si fuera ayer.
Deja que se asiente el ahora,
y esté como un recuerdo,
saborearlo como si ya no existiera.

viernes, 9 de noviembre de 2012

Ni a aquellos que te roben el alma

Nuestro mundo es nuestro,
vinimos aquí solas
y no huele que eso vaya a cambiar.
Todo ese alboroto de allí fuera,
el ruido de los coches,
las calles mojadas y
aquellos que nos roban el alma,
no son nuestro negocio.
Recomponiendo el puzzle
una y otra vez,
esas piezas nunca encajan.
Aquel sonido que te marea,
que te hace débil, vulnerable
no es más que un reflejo.
Y mientras crees que arrancan tu fuerza,
sólo es un mal sueño en que te dejas llevar.
Aquél no puede arrebatarte tu mundo,
tu mundo es tuyo
y aunque quieras cederlo, regalarlo
y abandonarlo a la suerte de otro
se revolverá siempre contra ti.
Porque tu mundo, tus ganas,
tu ansia sabe que te pertenece
y no permitirá fácilmente que la sueltes.




Me marcho

Pensé que al quemarme ya no me dolería
mi piel se volvería inerte
y no notaría el roce de mi adiós.
Me lancé porque creí que ya no me encogería,
que estaría a salvo de esas palabras, de esa dulzura.
Siempre segura de que cuando algo arde,
se prende por fin, las cenizas no sienten,
descansan anestesiadas.
Pero aún quedan restos,
los escombros escoden retazos de ti.
Y aunque creí que ya no me podía quemar más,
le vuelves a dar la vuelta a mi piel cuando me dices,
cuando me cuentas.
Por eso adiós, no quiero, no puedo, me hieres.
Me voy porque tú no lo haces,
porque se que no tienes nada que perder.
Me marcho sabiendo que lo notarás apenas dos días
que será al tiempo cuando percibas
que la nena no está.
Y me alejo curiosamente tranquila.

jueves, 8 de noviembre de 2012

Y con esto me despido

Podrías tomarme como a él,
suavemente ladearme hasta alcanzar la posición,
la postura perfecta.
Yo me dejaría llevar,
mi pelo caería sobre tus brazos
y mi rostro se levantaría hacia tus ojos.
Podrías desnudarme y sentarme en tus rodillas,
apartar lo que te moleste y colocarme como quieras,
como mejor te venga.
El público sólo espera una buena melodía,
mientras hacemos el amor.
Sabes que si encontramos la postura exacta,
si encajamos, sonará bien.
Esa melodía les llegará a todos,
sus aplausos envolverán nuestros gemidos.
Quizá hoy podrías amarme tanto como a él,
cuidarme y guardarme dentro.
Llevarme contigo siempre
y cuando llegue la hora de actuar
aparecería otra vez mi cuerpo a solas.
Los ojos se clavarían en él
y tu gesto parecería desafiante.
Podrían sonar tan bien
tu cuerpo y el mio.


miércoles, 7 de noviembre de 2012

Jódete, jódeme

Esperando al ascensor,
tranquila, segura,
hoy sabe que si quiere rompe.
Se abre la puerta y
oye una voz familiar en su espalda.
Una voz calmada, serena, que intimida.
Conocía bien esa voz.
Esa voz ya le mintió una vez,
la enamoró y la abandonó.
Aquella voz volvió a herizarle el cuello.
Incapaz de darse la vuelta,
de mirarla a la cara,
da un paso adelante e intenta adentrarse.
Pero la voz la sujeta,
de nuevo, la atrapa, la entrampa.
Esta vez puede mantenerse
al menos unos minutos,
puede oírla, notar su aliento en la nuca
y afligirse sin mirar atrás.
Los segundos comienzan a correr
mientras cada vez se le hace más difícil.
Asustada, con los ojos cerrados
susurra una y otra vez,
jódete, jódete, jódete.
Pero esa voz ya la ha arrastrado hasta el ascensor,
estrellándola contra el espejo
y mordiendo sus labios.
Su jódete empieza a morir, a desvanecerse,
como un perro herido comienza a marcharse.
Ya casi no se oye
y él no deja de besarla, de tocarla.
Ahora su boca ruega que la jodan,
que la jodan y no paren.

domingo, 4 de noviembre de 2012

El peligro empieza a solas

El peligro empieza cuando nadie te ve,
cuando sólo respondes ante ti,
cuando los únicos ojos que te observan son los tuyos
y eres libre para moverte como quieras.
Ahí es donde todo puede acabar mal,
o tal vez no.
Es como una cuerda de equilibrio
que atraviesas con mucho viento
y sin nada abajo que amortigüe.
Por eso cuando estoy sola
siempre pienso en lo mismo,
siempre pienso en el mismo.
Imagino que me cubren,
que me ladean y protegen.
Que estoy segura mientras no me mueva,
mientras no me aleje demasiado.
La música bien alta,
cerrando las heridas, tapándolas.
Que maree cuando suena,
que me acompañe en su ausencia.

Como dijo aquel chico

Porque como dijo aquel chico,
la mejor manera de disimular,
de llorar y no fingirlo,
de sufrir sin que se note
es escondiendo las lágrimas bajo la lluvia.
Dejando que se fundan,
con la cara relajada,
viéndolas caer.
La lluvia se ocupa de ellas,
las abriga, las oculta.
Se convierte en tu testigo,
en tu cómplice.
Te ayuda a seguir caminando,
con la cara levantada,
el mentón desafiante
y sin que lo noten.
Con un guiño observas la ciudad,
tan ausente de tu dolor,
que cala.


Ese olor

Ese olor se quedó en mi cuerpo,
como humo se agarró a mi ropa,
y no me deja quitármela.
Quién diría que con tanto viento
podría aferrarse algo tan fuerte.
Pero ese olor no se va,
no se aplaca con agua,
con perfume, ni huyendo.
Y ahora me paso el día bajo las sábanas,
cerrando bien los ojos,
intentando no sentirlo, no verlo.
Y aún así, cuando creo haberlo esquivado
veo como se acerca de nuevo,
amenazando con no abandonarme.
Ese olor ya forma parte de mi,
ya se confunde con el mio
y sólo quiero que te acerques,
que lo cojas y te lo lleves contigo otra vez.
Que te quedes aquí con él,
o lo hagas tuyo para siempre.

sábado, 3 de noviembre de 2012

Sólo frente al espejo

Se levanta y camina,
balanceándose como un tigre,
se dispone a empezar el día.
En frente del espejo
vuelve a mover la cabeza,
de un lado a otro,
para no perderse ninguna parte.
Sonríe y comienza a quitarse la ropa,
se acaricia con ella y la pisa mientras cae.
Pies descalzos, uñas pintadas,
pequeños pies delicados.
El agua ya cae, ardiendo,
su olor hace que se excite un poco
que se meta dentro, desnuda.
Mientras cae por su espalda
y se desliza por sus piernas
sabe que hoy va a ser un buen día.
Sale con jabón en las orejas,
y al respirar siente cómo la observan
desde la puerta entreabierta.
Ella finge no darse cuenta,
sigue su ritual.
El espejo los va delatando lentamente,
cuando el vaho se esfuma.
Ya no hace falta disimular,
su presencia se clava sola
aunque no parece preocuparle.
Ella continua como si nada,
se pone su lencería y seca su pelo.
Mientras, no dejan de mirarla.
Es todo un placer estar a solas, con él.



No empiezo a echarte de menos

Y ahora que te has ido
no empiezo a echarte de menos,
no siento la necesidad de olerte,
ni si quiera la recuerdo con claridad.
Me esfuerzo por imaginarte,
por acordarme de cómo me tocabas,
pero cada vez me cuesta más.
No quererte me duele,
aunque sepa que es lo mejor,
lo mas liviano, se retuerce dentro.
Ni idea de dónde andas,
de qué haces,
de con quién,
pero hoy es la primera hora
que me esfuerzo porque me importe.
Y aunque no lo creas me duele verdaderamente,
no amarte, no necesitarte.
Tan acostumbrada a ti
que me sabe raro no preocuparme,
no agonizar, no quebrarme.

viernes, 2 de noviembre de 2012

Si yo miento tu silencias

Si yo miento tu silencias,
deja que me explique a mi manera,
aunque no cuente la verdad,
aunque no te la cuente.
Si yo miento,
te pido por favor que silencies,
la verdad cuenta cada vez menos,
la verdad hoy resta y hace daño.
Déjame que en esta noche
te cuente muchas mentiras
mientras tu silencias.
Déjame decirte que te adoro,
y déjame que se lo cuente a todos,
sólo esta noche.
Voy a hacerte el amor
voy a susurrarte al oído que no puedo vivir sin ti,
y a tocarte como si te amara.
Si yo miento y a ti te gusta,
déjalo estar.
Esta noche no necesitamos más
que mentir y amar.

Acércate

Entre tanta gente con cara atenta,
me siento obligada a fingir,
a disimular.
Acércate y dame la mano,
sonríe, muévete a mi ritmo
y haz como si te interesara lo que digo.
Así parecerá que nos queremos,
que nos amamos,
que planeamos tener un bebé.
Ven y abrázame, haz que lo sientes,
que sientes mi calor, mi amor.
Y bésame, bésame sólo un poco,
sólo para que todos lo vean,
que nos envidien, que nos odien.
Aunque sea sólo por eso,
esta noche abrázame y bésame,
no dejes de hacerlo ni un segundo,
ellos no dejan de mirar
y se que a ti te gusta.


Agarrada a su chaqueta

Agarrada a su chaqueta,
como si me fuera a caer dentro,
como si ello lo impidiera.
Intentando no desestabilizarme,
no balancearme demasiado.
Vamos muy rápido
y empiezo a no saber quién conduce.
El viento me marea, no me deja ver bien,
pero sigo agarrada a su chaqueta,
como si me fuera a caer dentro,
como si sola no pudiera resistirme,
como si al soltarla me acercara más a él.
Apoyada en su espalda,
manteniendo quieto el deseo
no quiero quedarme pegada.
No pienso soltar esa chaqueta,
para correr, para ir tan rápido no.
No puedo quedarme con las manos vacías,
no puedo dejarlas que decidan solas,
que se muevan donde quieran,
no me fio de ellas.
A tanta velocidad no saben lo que hacen
y pueden ser peligrosas.

jueves, 1 de noviembre de 2012

Tengo tres ases

Pasmada como un animal desorientado,
inmóvil como un ave rapaz a punto de atacar,
rígida, quieta, atenta.
Percibo que estás a punto de llegar
y no se muy bien por donde.
Seguiré sin moverme hasta que aparezcas,
no pienso despistarme ni un segundo.
No respondo con fluidez, no se muy bien qué hacer,
y hueles mi miedo.
Tengo tres ases en la manga,
pero me falta uno para hacer poker
y se que lo tienes tú.
Quizá si me mantengo lograré arrebatártelo,
hacerlo mio y ganar.
Esta partida no es cuestión de estrategia,
no es cuestión de fuerza, de método.
Esta partida la gana quien aparte su miedo,
quien lo aniquile y se deslice hacia el otro,
quien se acerque más sin quemarse.


Necesitaba un rato sobria

La chica que te digo estaba ya cansada,
de tanto compromiso,de tanta verdad.
Emborrachada de la realidad
necesitaba un rato sobria.
Un rato sin rendir cuentas,
un rato sin mirarse, sin atender las buenas maneras.
Que lo hagan otros, ella ya no podía.
Toda una vida siendo atenta, siendo fiel, siendo leal,
aquella chica ya se sentía realmente cansada.
Ese ruido le molestaba,
se había convertido en un compañero pesado,
y ahora necesitaba que no la quisieran tanto,
que no la esperaran, que no la amaran.
Que la acompañaran de vez en cuando,
que la utilizaran para no estar solos
y que no la quisieran nada.
Y mientras iba caminando se sentía otra vez libre,
sola, tranquila y en paz.





miércoles, 31 de octubre de 2012

Nos arrepentimos juntos un rato

Si quieres hoy me visto de monja
y te confiesas conmigo.
Si quieres me pongo seria,
me pongo atenta y hago que me preocupa.
Hoy si tú quieres me visto de blanco y
finjo ser una niña distraida, perdida.
Escucho mientras cuentas, mientras te delatas.
Y cuando llevemos un rato,
te abrazo, te calmo, te anulo.
Apago tu dolor, tu recuerdo y te quedas conmigo.
Si tienes ganas hoy me recojo el pelo,
me tapo hasta los pies y te pongo carita de pena, de nena.
Si hoy lo necesitas, necesitas de mi,
yo te lo doy.
Y si tienes muchas ganas luego,
nos arrepentimos juntos un rato.

martes, 30 de octubre de 2012

Me enamoré un poco

Aquel día me enamoré un poco
de aquellos ojos que brillaban demasiado
de esas manos ansiosas por sentir
de esa boca que sabía hablar, sabía contar.
Y mientras no nos tocábamos,
mientras no nos besábamos
sentí que me enamoré un poco.
Sólo un poco, porque lo poco queda,
no se desborda, lo poco no se ahoga.
Lo poco se agarra, se clava, se queda.
Por eso yo me enamoré un poco
de aquella noche eterna, hablando,
mirando, y no tocando.
Regodeándonos en lo qué podíamos hacer
y nunca hicimos,
en lo que queríamos, en lo que deseábamos
y sabíamos que no sucedería.
Aquella noche no.
Y me enamoré tan poco
que quiero volver a aquella cama
en la que sólo me daban calor las sábanas
y esos ojos.

lunes, 29 de octubre de 2012

Va cayendo

Mientras mi mirada va cayendo hacia abajo,
disimulo como una niña castigada.
Mientras mis ojos se pelean por no ver,
vuelvo a sentir ese deseo, ese olor.
Porque mientras mi mirada va cayendo hacia abajo
tu cara empieza a sonreirse,
tus labios se humedecen
y sentimos el mismo calor.
Un calor que abriga, que no se esconde,
y que es nuestro.
Y mientras mi mirada va cayendo hacia abajo
volvemos a estar solos, en ningún sitio y más cerca.
El sudor me alivia,
hace que salga de mi un poco de fuego,
tanto dentro hace daño.
Tanto sale que se pega,
se te pega.
Y tu mirada levanta la mía.

sábado, 20 de octubre de 2012

La mano que me recibe

La mano que me recibe
es la mano que me despide.
La mano que me aprieta con suavidad,
parece alegrarse de verme.
La mano que me acoge en su regazo
que me sosiega, que me acompaña.
Esa mano que me toma la temperatura
cuando llego y me la vuelve a tomar cuando me voy.
Ocupada con mi mano,
dedicada a ella, sólo a ella.
Y es que esa mano me devuelve a casa,
me mete en la cama después de una noche de locura
y me tapa en silencio.
La mano que me recibe
es la misma que me despide.
Y cuando llega ese momento
sabe hacerlo mejor todavía,
sabe bien lo que se trae entre manos.
Cuidando bien las despedidas,
cuidando bien el adiós.
 

viernes, 19 de octubre de 2012

Mírame

Esa mirada sólo esconde deseo,
sólo quiere de ti tu cuerpo,
tu pasión, nada más.
Esa mirada te eriza,
te quema, te angustia.
Esa mirada te encuentra,
te atrapa y sabes que no quiere
más que un rato, o quizá no tanto.
Pero esa mirada es tuya,
te pertenece y está puesta sólo en ti.
Y te conviertes en un cuerpo sin alma,
en un animal hambriento.
El aroma del placer llega a ti
como una flecha que te aleja de tu yo.
Agradecida de que no miren tu alma,
que desnuden tu cuerpo y no cuiden las formas.
Y mientras se desgarra tu ropa
te sientes otra vez tan tuya, tan poderosa,
que matarías a esa mirada si parase un sólo momento.

Decencia mia, sólo mia

Es difícil con mi edad ser una mujer decente,
ser una mujer honesta, ser una mujer sincera.
Es difícil intentarlo y no quebrar.
Es difícil mantenerse, impoluta,
limpia, frágil y pura.
Porque hay tanto deseo de por medio
que no puedes rendir cuentas amablemente.
Tanta pasión, tanto miedo, tanto amor
que no sabes ni pararlo.
Y te tiras, te lanzas
arriesgas por nada, por todo
y por tus ganas.
Esas ganas que te rompen y te devuelven la vida,
esa vida que tanto adoras y te ahoga.
Esa vida trepidante que no te deja ni un segundo
estar tranquila, estar descansada, estar centrada.
Porque es tan difícil con mi edad ser una mujer decente
que a veces pienso para qué,
quién me devuelve a mi esa decencia si la doy,
quién me dice que no me la van a robar.
No pienso dar algo tan valioso,
ni siquiera pienso ser algo tan valioso.
La decencia para quién le de igual regalarla,
yo me la quedo para mi,
sólo para mi.



Polvo eres

Cuando tu dignidad puede con tu dolor
entras en otro ring,
has superado otra pantalla.
Tu cuerpo comienza a responder,
tus manos temblorosas sienten no tener miedo
sienten no tener destino.
Ahora son ellas las que deciden,
tu dolor ya no cabe, ya no tiene sitio
Como un rayo ha desaparecido
dejando todo destrozado
y dejando un aroma a esperanza.
Las ruinas y el polvo ahora huelen a vida,
a renacer.



martes, 9 de octubre de 2012

¿Ya?

La vida son horas, minutos
yo diría que segundos.
Ya, ya, y ya.
Ya se me hizo tarde.
Y mientras me voy poco a poco
aún estoy aquí.
Pido por un amor,
lloro por un amor,
muero por un amor,
y olvido aquel amor.
Y ya, ya, ya
ya se me hizo tarde otra vez.
Y se que ahora estoy aquí,
pero ni idea del siguiente "ya"
el siguiente "ya" ya se ha pasado.
Mueren como chinches,
pobres "yas",
continuamente muriendo
continuamente naciendo,
naciendo y muriendo,
sin poder parar ni un "ya".
Y ya que estamos aquí,
vamos a contar verdades,
vamos a contar lo que queramos,
porque este "ya" ya se ha pasado,
y tenemos que ir corriendo a por el siguiente,
que no se nos escape.

Dioses en la Tierra

Me gusta escucharte, creerte,
necesito escucharte, necesito creerte,
Lo que dices me calma, me tranquiliza,
pero nunca del todo.
Busco una verdad en ti, busco una esperanza
precisamente lo que nunca me podrás ofrecer.
Pero sigo necesitando escucharte, creerte,
no me basto yo misma, no me basta mi fe,
necesito un poco de la tuya, necesito que refuerces la mía.
Tus palabras son tan imprescindibles,
que cambian por completo mi vida,
solo es cuestión de segundos y estoy donde tú me dejes.
Me muevo tan rápido como quieras,
me hundo tan pronto como te descuides,
y me odio continuamente.
Hasta que entienda que no puedo seguir buscando
Dioses en la Tierra, que no es de ti de quien depende mi vida,
mi angustia, mi felicidad, mi tranquilidad.
Nunca será de ti, cosa que me aterra y me calma a la vez.
Una mueca en mi cara cada vez que apareces
y vuelvo a creer, vuelvo a querer, vuelvo a necesitar de tu fe.

lunes, 8 de octubre de 2012

Espera no esperar

Cuando empiezas esperando algo,
ya empiezas mal.
Ya debes volver atrás y empezar como Dios manda,
como sabes que debes.
Si escribes esperando que te lean,
nunca escribirás de verdad,
los formalismos encarcelarán tus palabras,
mientras borras lo escrito, te traicionas una y otra vez.
Qué cojones, esto es mio, esto está bien.
¿Quién puede decir lo contrario?
 Desde luego yo no lo voy a permitir,
escribo, pienso y hago lo que creo que quiero.
Pero no espero, me esfuerzo por no esperar nada.
La espera es una arma peligrosa,
te hace funcionar y te hace parar.
Si no esperamos quizá no paremos.
Ya habrá tiempo de parar.

Sólo mi mejor sonrisa será tuya

Y nos miramos,
no se muy bien quién eres ahora,
pero puedo mirarte.
Aunque eso ya no me consuela,
no me consuela verte,
no se bien quién tengo enfrente.
Aun así, te miro y actúo,
tampoco quiero que sepas
quien soy yo ahora.
no me da la gana, si ese es el trato nuevo
yo tampoco te revelaré mi identidad.
Mi identidad es secreta, es mía, solo mía.
Bueno si, es mía pero se la confío a Canetti.
Canetti sabe bien lo que es cuidar un secreto,
lo que es cuidar de mi.
Pero no, ya no te confío ni mis bragas viejas,
te regalo mi mejor sonrisa, mis ojos pintados,
y mi pelo recién lavado, oliendo a nuevo,
a cambio, a vida.

Cuando el juego sea no jugar

Ya no juego,
ni siquiera estoy en el banquillo,
ansiosa por tener mi momento.
Yo ya no juego,
yo ya no quiero.
Mi miedo ha hecho que perdiera todas las partidas,
y ya no juego mas.
Ahora he encontrado un nuevo juego,
ahora se no jugar,
se mirar, se esperar y se disfrutar.
Mi juego es no jugar,
en ese nunca pierdo,
nunca gano.

Es una pena

Es una pena acostumbrarse,
es una pena ceder a lo de siempre,
es una pena que nos resulte fácil,
cómodo, seguro.
Es una  pena perderse en tu casa de hace 20 años,
es una pena no saber volver a tu trabajo,
es una pena no querer cambiarlo.
Y cuando se va, todo se esfuma,
te quedas diciendo qué ha pasado.
Ha pasado, por fin ha pasado,
no volverás nunca más a esa casa,
tu trabajo tiene miles de caminos para llegar,
y tu miles de cosas por descubrir.
Es una pena que lo vivamos como una pena.
La vida cambia, es necesario,
si no sería muerte, sería el fin.

miércoles, 29 de agosto de 2012

Adiós miedo

Porque mi miedo me ha traído aquí,
porque mi miedo me ha dejado sola,
porque mi miedo no me abandona.
Ha llegado el momento de la despedida,
ha llegado el momento del Adiós.
Me has hecho perder tantas cosas,
me has hecho perderlo a él
y me quedé contigo a solas.
Porque esta vez si que se acabó,
porque esta vez decido yo.

miércoles, 20 de junio de 2012

Quién le devolviera lo que era suyo

Mira mi niña, mi pequeña,
mi triste y sola niña.
Siempre tan mía,
siempre tan sola,
siempre tan pequeña.
Mira como camina, como se mueve,
como arrastra esa pobre alma.
Buscando un camino suave,
lento, un camino amable.
Quién le devolviera lo que era suyo,
aquello que siempre lo fue,
lo que nunca tuvo y
sintió tan propio.
Sin apenas saborearlo,
sin apenas conocerlo y empeñada en encontrarlo.
Porque ella lo sentía tan íntimo,
tan de dentro, tan legítimo y tan de nadie.
Tan suyo, tan dado,
 tan ausente.
Tanto daño.
No se puede pagar,
tanto daño no, no se devuelve,
no se compensa, sólo se mira,
mira en esos ojos,
quién le devolviera lo que era suyo.

domingo, 20 de mayo de 2012

Volver a dónde

Hoy mi Chico me lo ha contado,
me lo ha enseñado y creo que lo he entendido.
Con su melena larga, ojos ocultos bajo el flequillo
y nariz siempre húmeda, mi perro hoy me lo ha enseñado.
Mientras corría por la playa detrás mía,
me iba contando qué me pasaba,
qué era lo que sentía
y cuando he parado en seco
lo he entendido.
Un sentimiento, una ansiedad, una angustia
se aprende, se hace tuya, te penetra.
Desesperada iba corriendo por la playa
hacia ningún sitio, pero deseando llegar.
Y ha sido cuando he parado,
cuando he mirado y lo he visto.
Mi Chico tenía la respiración agitada,
la mirada desorientada y llorando como un bebe
me pedía volver.
Él tampoco sabía por qué,
pero necesitaba volver.

miércoles, 16 de mayo de 2012

Quiéreme lejos

¡Basta ya! Ya te lo han dicho,
ya está, se acabó, no sigas, no vengas,
no vuelvas más sin nada en las manos.
Vete, aléjate y déjame vivir.
Cansada de creer,
en ti, en el amor,
en el dolor.
Cansada de creer y no ver.
De sentir y no tocar.
De disfrutar sin ver de qué.
De hacer el amor y no saber con quién.
Cansada de estar cansada y sin un sofá cerca de aquí.
Tan cansada que ni descansar me calma.
Vete, sólo vete, quiéreme y vete.

No te alejes demasiado

Me escurro, me deslizo por tus brazos
y caigo en lo más profundo, lo más oscuro.
Creo que me perdí, no parezco reconocer donde estoy,
no recuerdo haber pasado nunca por aquí.
Si fuera así, no lo habría olvidado, de eso estoy segura.
No me suena, este sitio parece tan frío y tan tranquilo
que se me congelaron los miedos de golpe
y me siento tan rara.
Creo oír a alguien cerca, pero no consigo ver nada,
estoy empezando a marearme, la respiración se acelera,
echo a correr hacia ningún sitio
y cuando voy a desvanecerme apareces.
Menos mal, empezaba ya a sentirme bien.

Mis jueves

Tu cara inexpresiva me inspira confianza,
nunca sabré lo que piensas realmente,
lo que crees, pero yo hago mi juego.
Esa cara no va a poder conmigo,
al fin y al cabo,
sólo es una cara.
Esa cara que me mira a través de esos ojos,
a veces parece tan amable y otras tan... nada.
Que me quedo con la amable 
y te la agradezco.
Esa cara que me sabe a rancio
no termina de asustarme,
parece conmoverme.
Es tan pobre, parece tan hambrienta.
Esa cara tuya con la que me miras
consigue hacer que yo la mire,
cuque los ojos y me acerque sin que te des cuenta.
A ver qué hay,
qué hay detrás de esa cara tan...nada?

Pobre chica

Esa chica tuvo que sentirlo,
tuvo que dolerle, tuvo que quemarle.
Esa chica, a esa chica no podemos dejarla,
sólo hizo lo que nadie se atrevió nunca hacer.
Pero comprobó que no le compensó,
no le compensó nada.
Esa chica tuvo que sentirlo,
todavía su aliento sabe a podrido,
su alma sigue torcida
y no parece poder sanarla.
Esa chica, esa pobre chica,
no se merece tener que sanarse,
no por esto, no se merece pasar por esto.
Esa chica sigue en cama, hoy tampoco ha salido,
ya no sabe ni que espera ni cuanto tiempo lleva así.
Los médicos parecen observarla sin esperanzas,
esas miradas compasivas no le hacen nada.
Anestesiada del dolor, no consigue deshacerse de él.

jueves, 8 de marzo de 2012

Descansando en lo inerte

Cuando tu mundo interno te acompaña,
a veces,
olvidas moverte, tocarte,
tomarte y verte.
Contemplar las calles, las gentes,
los árboles, la lluvia.
Se pasan las horas,
quieta, inmóvil,
como si un veneno te poseyera.
Aunque tu alma fluye, cambia y se mueve,
tu cuerpo sigue inerte, dormido,
no se si descansando.
Ya no te duele.

En un rincón secreto

Conserva ese lado,
esa parte que sólo es tuya,
cuando se eriza tu piel a solas,
cuando piensas, cuando miras,
cuando disfrutas con una canción,
con una película, con un gesto.
Sólo a ti te pertenece
y sólo tú puedes cuidarla.
Mimarla y amarla.
Guárdala como un secreto,
escóndela como una carta de amor nunca entregada,
y quiérela tanto o más que a ti.
Miente por ella, huye por ella,
y sácala del agua siempre que vayas nadando.
Ponla al sol, por si se ha mojado,
y déjala que descanse junto a ti.
Que duerma tapada, sin ruidos,
tranquila y a solas contigo.
No dejes que la invadan,
tú sabes que es bastante reservada,
y solo acepta tu compañía.

Carta de amor

Amor mío tengo la certeza de estar enloqueciendo otra vez, podremos soportar otra de estas terribles crisis, y se que esta vez no me recuperare. Empiezo a oír voces y no puedo concentrarme. Por lo tanto voy a hacer lo mejor que puedo hacer. Tú me has dado la mayor felicidad posible, has sido todo lo que alguien puede ser para otro. Se que estoy destrozando tu vida y que sin mi podrías trabajar, y lo harás, lo se. Ni si quiera me expreso debidamente. Lo que quiero decirte es que te debo toda la felicidad de mi vida. Has tenido una paciencia infinita y, has sido increíblemente bueno. En mi ya no queda nada salvo la certeza de tu bondad. No puedo seguir arruinando tu vida. No creo que dos personas puedan ser más felices de lo que lo hemos sido nosotros. Si pensara con claridad, Leonard, podría decirte que estoy luchando, sola, y envuelta en la oscuridad y que solo yo conozco, solo yo comprendo mi propio estado. Y tu vives, dices que vives, con la amenaza de mi extinción, Leonard yo también vivo con ella. Ejerzo mi derecho, el derecho de todo ser humano, elijo no el asfixiante anestésico de los suburbios si no la violenta sacudida de la capital, esa es mi elección. A la paciente mas humilde, a la mas modesta, le permiten dar su opinión en el modo de seguir su tratamiento, así define su humanidad. Desearía por ti Leonard ser feliz en esta tranquilidad, pero si debo elegir entre Richmond y la muerte, elijo la muerte. No se puede encontrar la paz, evitando la vida. Querido Leonard, mirar la vida a la cara, siempre hay que mirarla a la cara. Y conocerla por lo que es, así podrás conocerla, quererla por lo que es. Y luego, guardarla dentro. Leonard guardare los años que compartimos, guardare esos años, siempre. Y el amor, siempre. Y las horas.
 **[Virginia Woolf, Las Horas]**

¿Por qué no verte es más fácil que pensarlo?

¿Por qué no viéndote siento no perderte?
¿Por qué evitando el pensamiento de la ausencia
siento que te tendré conmigo para siempre?
¿Por qué quererte libremente me hace tanto daño?
¿O por qué lo siento así?
Pensarte es maravilloso,
tenerte a veces doloroso.
Siento descuidarte para intentar cuidarme.
No se hacerlo de otro modo, de momento.
Espero poder acercarme, para poder despedirme,
para decirte lo que te quiero, lo que me dueles,
lo que no puedo vivir sin ti.
Te quiero, como nunca lo he hecho a nadie,
como nunca pense que se podía hacer,
y no puedo, me oprime, me mata.
Y doy gracias por sentirlo así.

Gracias Luis

Estoy orgullosa, de conocerte, de creerte,
de sentirte tal como eres.
Tal como te muestras, tal como quieres.
Porque ese hombre te nubla la vista
con su estar, con su saber y aprender.
Te devuelve la esperanza, te conserva la ilusión
y te la cuida de la mejor manera,
haciendo que tú nunca la descuides.
Amar haciendo que el otro se ame,
esa es la mejor manera.
Gracias Luis.

Clávate con amor

Con los pies mojados sobre la arena,
tan fríos y tan calientes,
parece que hasta ellos se emocionan.
Paseando y sintiendo cómo las pequeñas piedras
que el mar ha hecho añicos
antes eran grandes y fuertes.
Ahora, minúsculas y punzantes se te clavan
como si fueran agujas.
Pero sabes que no las cambias por nada,
hoy no, hoy las quieres, así,
punzantes y dolientes.
Es su esencia, es tu esencia.
Sois la esencia.

Aquí, de nuevo

Cuando vuelves, estás aquí de nuevo,
de nuevo contigo. Por fin.
Una canción, una caricia de tu gato,
una mirada de tu amor, un miedo de perderlo.
Miedo de perder todo, y de sentirte tan sola.
Y te encuentras de nuevo aquí, con ello,
con él mirándote, con esa música sonando y
tú sentada, parada, concentrada
y no haciendo otra cosa que estar aquí, con ello,
con todos, con todo y contigo.