miércoles, 23 de marzo de 2011

Al amor de Javi

Nunca me gustaron las cartas de amor,
parecen tan fingidas, tan compuestas
por todo menos por amor.
Pero ahora, que me da por decepcionarme,
en vez de por indignarme, me dedico a escribir mil y una cartas de amor.
Esta misma, es una carta de amor, es una gran y jodida carta de amor.
No amor del bueno,
ni amor del malo,
no, sólo es amor.
Y ya que no me gustan nada las cartas de amor,
por qué no hacerles un bonito homenaje.

Querido amor mio:
Eres todo lo que necesito, todo lo que nunca soñé,
todo lo que pensé que no existía.
Y aquí estás tú, dándome lecciones de amor desde que te levantas,
hasta que te duermes derruido por este mundo lleno de tanto amor.
Pero no amor del bueno,
ni amor del malo,
sólo de amor.
Amor como el que hay aquí, tanto amor que solo podemos rendirnos a él.
Sin mencionar palabra, así como yo me rindo a ti, mi amor, a tu bondad, a tu hombría,
a tu silencio, a tu amor.
Te quiero tanto, que a veces pienso en no volver a verte nunca más, liberarme así de todo este amor,
que no entiendo y duele.
Hasta que ves que no hay nada que comprender, no hay nada que hacer,
es amor.
Tan empalagoso que ahoga y sin él no puedes respirar.
Por eso, mi vida, te escribo esta carta de amor, porque es amor de lo que hablo.
Es de ti de quien hablo.

Queridos Papas

Y aprovechar para decirlo,
que os quiero, porque me da la gana.
Porque hay tantas cosas que me impiden decirlo,
que hasta le cojo el gustillo.
Aquí, vuestra pequeña,
siempre os quiso tanto como pudo,
como supo.
Cada vez me pido menos, y me salen las cosas mejor,
ahora no me pido nada, hoy no me pido nada,
y os digo que os quiero, como a nadie puedo querer.
Son cosas ajenas a mi, no me siento responsable de todo este amor,
la vida me lo dio y yo os lo intento devolver.

Por qué te indignas, si lo que estás es decepcionada!

Yo voy y me indigno,
subo las escaleras indignada,
cojo el ascensor indignada,
monto en coche indignada,
camino mientras sigo indignada.
Intentando desesperadamente ignorar algo,
mientras continuo indignada.
No logro identificar qué es,
creo que mi  indignación lleva las riendas
demasiado tiempo ya.
Pero si hago un esfuerzo, un gran pequeño esfuerzo,
y miro, solo miro delante, veo a esa señora triste,
decaída, maloliente por el tiempo que lleva persiguiéndome
sin apenas conseguir una mirada.
Esa señora tan decepcionada.

¿Y tú?

Yo no hablo de lo que se,
yo hablo de lo que no  se,
de lo que no entiendo,
de lo que se me escapa,
de lo que no llego,
de lo que me queda un poco,
o quizá demasiado.
Yo hablo de aquello que no se ve,
pero se siente,
de lo que se oye,
pero no se escucha,
de lo que te duele
pero no sabes donde.
De todo, absolutamente todo,
lo que no se.

domingo, 20 de marzo de 2011

El amor nos hace ciegos

Cierra los ojos cariño,
que los tienes muy bonitos
y la gente se deslumbra.
Ya, ya se que así no se puede vivir,
pero no te preocupes,
yo te compro un perro guía.

martes, 8 de marzo de 2011

No colindes demasiado

Una persona que sueña colindando la habitación de "los otros",
que vive sin vivir,
que llora las penas de ellos,
que disfruta con sus risas,
que sólo esa unión,
esa relación, le da tranquilidad
y la mata.
Muerte lenta y dolorosa,
muerte que acaba cuando ella acaba,
cuando ya no hay más.
Cuando la confusión te acerca milagrosamente
al final, al final de esa nada que has vivido,
al final de ese cero que invade,
que hiere y penetra, casi sin escrúpulos.
Y llora, sólo llora, aquí tienes un testigo.

¿Y qué tal si no cuadramos?

Creo que nos tomamos demasiado en serio
lo de ser almas gemelas,
lo de vivir para encontrarla,
para por fin encontrarte.
Eso de que si el otro no fuma,
tú vas y lo dejas, el tabaco, digo.
Si le gusta el fútbol, si bueno,
tú también puedes forofearte de algo.
Si prefiere el monte a la playa,
vendes tu chalecito de Calblanque
y te mudas a un camping, aunque
los días de plaga de mosquitos tigre puedes quedarte en casa.
En qué casa? En la que vendiste no,
en la de tu madre o en la de la madre del alma gemela.
Quizá sea confortable.
Y que al final de la temporada,
al final de toda una vida llena de todo en común,
el alma que buscaba amor y encontró un gemelo,
llega a casa y se cansa, de estar siempre acompañado de si mismo,
y nunca estar a solas con él, el real, no el gemelo.
Cansado de que no hayan mas espejos en casa que los que
el propio gemelo le pone.
Cansado de creer que duerme con un psicópata gemelar,
que quiere arrebatarle su vida con la buena excusa de amarle.
No creo que queramos gemelos como amantes,
creo más bien en todo lo contrario.
Creo que está bien encontrar algo que no cuadra,
que no te cuadra, que no os cuadra a ninguno
y que os encanta.
Tan incuadrable que engancha.