martes, 8 de marzo de 2011

¿Y qué tal si no cuadramos?

Creo que nos tomamos demasiado en serio
lo de ser almas gemelas,
lo de vivir para encontrarla,
para por fin encontrarte.
Eso de que si el otro no fuma,
tú vas y lo dejas, el tabaco, digo.
Si le gusta el fútbol, si bueno,
tú también puedes forofearte de algo.
Si prefiere el monte a la playa,
vendes tu chalecito de Calblanque
y te mudas a un camping, aunque
los días de plaga de mosquitos tigre puedes quedarte en casa.
En qué casa? En la que vendiste no,
en la de tu madre o en la de la madre del alma gemela.
Quizá sea confortable.
Y que al final de la temporada,
al final de toda una vida llena de todo en común,
el alma que buscaba amor y encontró un gemelo,
llega a casa y se cansa, de estar siempre acompañado de si mismo,
y nunca estar a solas con él, el real, no el gemelo.
Cansado de que no hayan mas espejos en casa que los que
el propio gemelo le pone.
Cansado de creer que duerme con un psicópata gemelar,
que quiere arrebatarle su vida con la buena excusa de amarle.
No creo que queramos gemelos como amantes,
creo más bien en todo lo contrario.
Creo que está bien encontrar algo que no cuadra,
que no te cuadra, que no os cuadra a ninguno
y que os encanta.
Tan incuadrable que engancha.

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