domingo, 28 de noviembre de 2010

Arder

¿Por qué tanta atracción por lo dramático?
Será que en él nos encontramos todos,
sin excepción.
A la gente le gusta la sangre, el dolor,
la angustia, hasta la aberración.
Es un lugar común,
como el patio de una casa,
Allí estamos todos,
nos guste o no, no falta nadie.
Quien diga que no, miente.
Es algo innato, que va con nosotros,
con nuestra condición.
Lo humano, lo correcto, lo educado,
eso es la verdadera corrupción,
el verdadero forzar.

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